domingo, 25 de octubre de 2009

LAS AMENAZAS A LA SALUD Y EL AMBIENTE POR LA QUEMA DE RESIDUOS A CIELO ABIERTO: EL CASO DE PANAMÁ


Francisco Rivas Ríos.

Los incendios no controlados en los sitios de disposición final es la actividad más impactante, generando un 76.3% (76.00 g EQT/año) del total de las liberaciones. Mientras que la incineración de residuos sólidos municipales y peligrosos (incluyendo residuos médicos) generó 8.52% (8.49 g EQT/año) de las liberaciones.

La quema de los residuos a cielo abierto.
Los residuos provenientes de los hospitales, clínicas y/o centros de salud los residuos hospitalarios son recolectados por el servicio de aseo municipal y se mezclan con los no peligrosos, para ser depositados posteriormente en los vertederos a cielo abierto. En el año 2004, ingresaron al Relleno Sanitario de Cerro Patacón 1,664 toneladas de residuos hospitalarios, 0.38% del total. A estos residuos se suman otros igualmente peligrosos provenientes de la actividad agroindustrial y comercial: aceites; solventes; ácidos y álcalis; pinturas; tintas; barnices; resinas y plaguicidas. 

El “Informe sobre Análisis Químicos efectuados a Muestras de Desechos Sólidos”[1], tomadas en los domicilios, mercado publico, instituciones, establecimientos comerciales y camiones recolectores, en el Distrito Capital, durante un periodo de 13 días, en el mes de julio de 2002, constató la existencia de cloruros (0.0272 %), sulfuro (0.1014%), carbono (48.34 %), Hidrógeno (6.9846%) y Oxígeno (39.7769%). 

El Inventario Nacional de Dioxinas y Furanos estableció que la subcategoría 6b – Quema de Desechos e Incendios Accidentales generó el 77.9% (75.96 g EQT/año) del total de la liberación de dioxinas y furanos que se presentó en el país en el año 2005, siendo la quema de desechos en los sitios de disposición final la actividad más impactante.

Tabla No. 1
Liberaciones Totales de PCDD/PCDF para la Subcategoría 6b –
Quema de Desechos en la República de Panamá – Año 2005.
Fuentes Identificadas
Consumo de materia quemada (ton/año)
Factor de emisión
(ug EQT/ton)
Liberacion (g/EQT / año)
Aire
Suelo
Residuos
Aire
Suelo
Residuos
Incendios de vertederos
26,694
1000
ND
600
26.694
-----
16.016
Quema controlada de desechos domesticos.
22,146
300
600
600
6.644
13.288
13.288
      ND = No Determinado
       Fuente: Inventario Nacional de Dioxinas y Furanos, Panamá, 2007.

Si tomamos en cuenta el promedio de las emisiones estimadas de dioxinas a través del aire, que son las que, en comparación con las que están presentes en las cenizas, están más fácilmente disponibles para ingresar en la dieta, la cifra es 33,37 gramos en 2005, equivalente a 33,370,000 ìg EQT, aproximadamente 10 ìg EQT/per cápita/anual y a 2,803 pg EQT/ per cápita/diario.

Para tener una idea de lo que esto significa en términos de su potencial toxicológico, es posible comparar estas cantidades con la ingesta máxima admisible de equivalentes tóxicos de dioxinas, por día, según la Organización Mundial de la Salud. La OMS dice que no deben ingerirse por día más de 1-4 pg EQT por cada kilo de peso corporal de una persona. Sin embargo, la OMS ha fijado el valor de 1 pg EQT/Kg peso corporal/día como objetivo deseable de ingesta máxima diaria. Tomando 60 Kg como peso promedio de una persona, la ingesta máxima, según el objetivo fijado por la OMS, será de 60 pg EQT/día por persona. 

Lo anterior significa que en Panamá se libera al aire, per cápita, cerca de 47 veces más que la ingesta máxima de dioxinas establecidas por la OMS. Obviamente, el único objetivo que persigue esta comparación es el de facilitar la comprensión de la cantidad de dioxinas emitidas en términos de su potencial toxicológico. No se pretende hacer ninguna inferencia acerca de la relación entre las dioxinas emitidas al aire y la dimensión de la exposición humana inmediata resultante de esas emisiones.

Considerando las liberaciones de dioxinas y furanos en 2005, incluyendo liberaciones al aire, agua, suelo y producto, el total se ha establecido en 99.61 g EQT. Entonces el ìgEQT/per cápita/anual sube a 30. Para tener un punto referencia indiquemos que en el año 2005 Colombia reportó 17.7 ìgEQT/per cápita/anual[2].

Estos datos deben relacionarse con las formas que se utilizan en Panamá, para eliminar los residuos sólidos. El Censo de Vivienda y Población de 2000 indica que el 60% de los residuos, en el ámbito nacional, eran recolectados para ser transportados a los sitios de disposición final, mientras que el restante 40% eran eliminados en el ámbito de las viviendas.


La quema de los residuos, tanto en los vertederos municipales como en el ámbito doméstico, es una práctica generalizada durante la estación seca que en Panamá se extiende de mediados de diciembre a finales de abril, principalmente en la vertiente Pacífica, con períodos más cortos en la vertiente Atlántica. Disminuye, en cambio, en la estación lluviosa, desde principios de mayo a mediados de diciembre. Factores climatológicos pueden adelantar o atrasar estos períodos generalmente de una a tres semanas, siendo estos períodos más marcados en la región del arco seco del país que comprende las áreas costeras de las provincias de Coclé, Herrera y Los Santos.

La quema de residuos en el ámbito doméstico.

El Inventario Nacional de Dioxinas y Furanos, estableció la liberación de 33.2 g EQT/año como resultado de la quema no controlada de desechos domésticos (6.6 g EQT/año) liberados al aire. Estas emisiones se explican porque al menos el 40% de los residuos generados en el país se están disponiendo en el ámbito doméstico. En el año 2000, 274,460 viviendas (40%), con una población de 1,289,962 personas (4.7/vivienda) utilizaban distintos procedimientos para eliminar los residuos sólidos (Ver la Gráfica No.7). 

Esta población generalmente: a) quema los desechos de papel, cartón y plástico; b) entierra las latas, el hierro, el aluminio y otros metales; y c) utiliza los desechos de comida se usan para alimentar a los animales. Las 182,813 viviendas en las que se quemaban los residuos domiciliarios albergaban a 767,814 personas (4.2/vivienda).

Las comunidades rurales y periurbanas y los asentamientos urbanos marginales, con escasa capacidad de pago de la tasa de aseo y vías de acceso en mal estado, han sido excluidas de los servicios municipales de aseo. Aun cuando no existen cifras exactas sobre la cobertura del servicio de recolección y transporte de los residuos sólidos, distintos estudios la han establecido en alrededor de un 50%[3]. La quema de los residuos se ha convertido en la principal forma de su eliminación.

Un ejemplo que ilustra esta práctica es el del Distrito de Chagres, en la Provincia de Colón. El Estudio de Composición Física de los Residuos realizado en el año 2002[4], determinó una tasa de generación de 0.37 kg/hab/día, muy por debajo de la media nacional, pero propia de las áreas rurales. Sin embargo, la composición física mantiene el mismo perfil nacional, pues el porcentaje de residuos de plásticos fue del 12%.

Los análisis realizados indicarían que en el Distrito de Chagres, con una población de 9,517 habitantes mensualmente destinarían a la alimentación de los animales hasta 54 toneladas de residuos alimenticios, 13 toneladas se enterrarían y 39 se quemarían a cielo abierto (de las cuales 13/ton de plásticos). Teóricamente, en los 5 meses de la estación seca, en dicho Distrito se estarían quemando 195/ton, de las cuales 63/ton corresponden a residuos de plásticos. Los datos indican que, independientemente del volumen de generación de residuos, su composición no varía significativamente y el componente de plásticos sigue siendo importante.

La quema de residuos en los vertederos a cielo abierto.

Todos los años se producen incendios de gran magnitud vertederos municipales a cielo abierto, generalmente ubicados en zonas de alto riesgo, a orillas de manglares, playas, ríos y quebradas. Estos incendios han sido atribuidos generalmente a los recicladores (denominados “pepenadores” en Panamá), durante las tareas de recuperar metales mediante la quema de cables, llantas usadas y otros materiales.

El Relleno Sanitario de Cerro Patacón, ubicado en el Distrito Capital, Provincia de Panamá se ha incendiado en varias ocasiones. Diariamente recibe cerca de 750 ton/día de residuos municipales y 450/ton/día de desechos industriales y hospitalarios.

En marzo de 2007 una densa columna de humo negro, que se apreciaba desde diferentes sectores de la ciudad capital, causó alarma entre la población. Miles de neumáticos usados fueron quemados, provocando una humareda que se dispersó sobre las barriadas cercanas al vertedero y al resto de la ciudad. Un comunicado de la Alcaldía de Panamá indicó que el fuego fue causado por un grupo de pepenadores que labora en el relleno sanitario de Cerro Patacón para obtener el metal que hay dentro de los neumáticos usados.

El Vertedero Municipal, Distrito de David, Provincia de Chiriquí se incendió en junio de 2004 (En la foto una vista del gran incendio del Vertedero Municipal San Pablo, que afectó a la ciudad de David en febrero de 2005). El humo se extendió a toda la ciudad y afectó especialmente a los asentamientos cercanos (Ciudad Acuario, Las Margaritas y Reparto Universal, Coquito, La Arboleda y San Pablo Nuevo), al Hospital Regional de David. Uno de los principales centros educativos, el Instituto David, se vio obligado a clausurar las clases. Las autoridades de salud informaron que la cantidad de humo era tan grande que ocasionaba irritación en los ojos, picazón en la garganta y molestias para respirar. El Vertedero de Monte Esperanza, Distrito de Colón, Provincia de Colón, se incendió en de febrero 2006. Los bomberos tuvieron que utilizar los carros cisternas para impedir que el siniestro alcanzara una de las torres de alto voltaje cercanos al área industrial de la ACP. Otros incidentes similares han ocurrido en los vertederos municipales de las ciudades intermedias como Aguadulce, Penonomé, Santiago y otras. Otra práctica ampliamente extendida entre los Jefes de Aseo y Alcaldes, para reducir las cantidades de las basuras y mantener operativos los sitios de disposición final, consiste en confinar los residuos en un espacio.

Los gases generados durante la biodegradación pueden incluir gases orgánicos volátiles, tóxicos y potencialmente cancerígenos, como los cloruros; así como subproductos típicos de la biodegradación como metano, sulfuro de hidrógeno y bióxido de carbono. El humo generado de la quema de basura en botaderos abiertos constituye un importante irritante respiratorio y puede hacer que las poblaciones afectadas tengan mucho más susceptibilidad a las enfermedades respiratorias. Por otra parte, los daños ambientales debido a la eliminación de desechos sólidos pueden incluir la contaminación de la calidad del suelo, de las aguas subterráneas y superficiales, y del aire. Los líquidos lixiviados pueden contener partículas finas y micro organismos que pueden ser filtrados por la matriz del suelo. Este líquido contiene sólidos disueltos, capaces de ser atenuados por el suelo mediante mecanismos de precipitación, adsorción, o intercambio de iones. Bajo condiciones hidrológicas favorables, la filtración contaminada de los residuos sólidos puede pasar a través del suelo no saturado que se halla debajo del depósito, y entrar en las aguas subterráneas.

El agua superficial puede ser contaminada al recibir el agua subterránea contaminada, o por el aflujo superficial directamente del depósito de desechos sólidos. Las fuentes de degradación de la calidad del aire incluyen el humo proveniente de la quema abierta, polvo de una inadecuada contención, recolección, y descarga al aire libre; y gases generados por la descomposición de desechos. El Gobierno panameño ha identificado las siguientes consecuencias principales para la salud y el ambiente, derivadas del manejo inadecuado de los residuos sólidos[5].
  • La proliferación del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue, los roedores transmisores de la fiebre de Hanta y otras enfermedades, tales como la peste bubónica.
  •  Olores desagradables, producto de la descomposición de la materia orgánica de la basura.
  •  Los plásticos y otros materiales no biodegradables se acumulan en el ambiente y representan una amenaza para la vida silvestre y para la estética de las comunidades.
  •  Los materiales inflamables originan incendios forestales, que tienen un profundo impacto en la estabilidad ecológica de una determinada zona. Los residuos sólidos amenazan la vida silvestre.
  •  La salud de las personas cuando entran en contacto con los residuos hospitalarios y peligrosos que ameritan un manejo especial.



[1] Laboratorio de Química, Universidad de Panamá, Informe No. 05—2002, 26 de julio de 2002.
[2] Pontificia Universidad Javeriana, Evaluación Económica de los Impactos a la Salud (Pública y Ocupacional) Asociados a los Contaminantes Orgánicos Persistentes – COP –, Convenio de Donación GEF No. TF 051529 PROYECTO COL/03/012, Colombia, enero-junio, 2006.
[3] Véase UNCTAD, ANAM, Estado de los Bienes y Servicios Ambientales en Panamá en el Marco de la Apertura Económica,
Panamá, julio de 2003.
[4] APRONAD, Diagnóstico de la Generación, Manejo y Disposición de los Desechos No Peligrosos en la Costa Abajo de Colón, Panamá, octubre 2002.
[5] Mencionados en la Exposición de Motivos en el Proyecto sobre Residuos Sólidos citado.



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